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Monday, April 07, 2025
El lado oscuro del boom de imágenes por IA: alto consumo de energía y agua
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Hola,
Soy Lina Martin, redactora de Papernest, y editora de la sección del blog que se ocupa del apartado de información y temas relacionados con energía, nuevas tendencias y sostenibilidad.
Creemos que podría interesarte nuestro artículo más reciente sobre el impacto ambiental del auge de las imágenes generadas por inteligencia artificial. Aunque visualmente impresionantes, estas creaciones digitales consumen grandes cantidades de energía y agua, lo que plantea serias dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo.
Te enviamos este artículo pensando que podría ser interesante para ti y para tus lectores. Puedes publicarlo tal cual está o modificarlo a tu gusto en función de tus necesidades editoriales. Si necesitas imágenes adicionales, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Sólo pedimos que se especifique nuestra fuente con la siguiente anotación por motivos de derechos de autor.
Fuente: papernest.es
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El lado oscuro del boom de imágenes por IA: alto consumo de energía y agua
En un mundo fascinado por la innovación, las imágenes generadas por inteligencia artificial han conquistado las redes, el arte y el marketing. Su atractivo es innegable, pero detrás de cada visualización sorprendente se esconde una verdad incómoda. El proceso creativo de la IA, lejos de ser inofensivo, implica un consumo alarmante de recursos naturales. La energía y el agua necesarias para su funcionamiento plantean preguntas urgentes sobre sostenibilidad y ética tecnológica.
¿Un arte que consume más de lo que inspira?
La generación de imágenes mediante inteligencia artificial no es un proceso ligero. Aunque a simple vista pueda parecer una acción digital sin grandes repercusiones, los datos revelan una realidad opuesta. Cada vez que una IA produce una imagen, se activan complejos modelos computacionales que requieren potentes centros de datos para funcionar. Estos servidores, lejos de estar optimizados para la eficiencia, consumen ingentes cantidades de energía eléctrica para mantener su operatividad y refrigeración.
En paralelo, la huella hídrica de esta tecnología también preocupa. La refrigeración de los centros de datos necesita agua en grandes volúmenes. Según investigaciones recientes, se estima que cada 20 imágenes generadas pueden implicar el uso de hasta medio litro de agua, especialmente cuando el procesamiento se realiza en servidores como los de Google o Microsoft. Este nivel de consumo se torna especialmente problemático en regiones con:
estrés hídrico
sequías recurrentes
infraestructuras limitadas para la gestión del agua
Lo más alarmante es la falta de regulación. Mientras la IA se desarrolla a un ritmo vertiginoso, los marcos legales y éticos no logran seguirle el paso. Las compañías que lideran esta carrera apenas transparentan su impacto ambiental y huella de carbono, y en muchos casos, las cifras de consumo energético y de agua ni siquiera son públicas. Este vacío normativo genera una paradoja: el arte digital que pretende ser moderno y disruptivo, podría estar sustentado en prácticas ambientalmente obsoletas.
¿Cuál es el precio ambiental de cada imagen generada?
El dilema ético de la IA generativa no solo está en su entrenamiento inicial, sino también en su uso cotidiano. Cada vez que alguien utiliza una herramienta para crear una imagen, se produce un consumo energético que, en suma, supera al de muchas actividades humanas convencionales. Por ejemplo, estudios recientes apuntan a que una sola consulta a una IA generativa puede consumir tanta energía como el consumo energético doméstico de un hogar medio durante todo un día.
Detrás de estas cifras están los centros de datos, verdaderos monstruos energéticos que funcionan 24/7. La IA necesita alimentarse de electricidad constantemente y, cuando hablamos de imágenes generadas por modelos como Stable Diffusion o DALL·E, el gasto energético puede multiplicarse. En países donde la matriz energética todavía depende de combustibles fósiles, este consumo se traduce directamente en más emisiones de CO₂, exacerbando el consumo energético global y sus consecuencias.
Además, la relación entre IA e industria tecnológica refuerza una lógica extractivista. Las empresas que desarrollan estos modelos priorizan la:
rapidez
escalabilidad
generación masiva de contenidos
...sin que esto se traduzca en avances significativos hacia una mayor eficiencia energética. En la práctica, esto implica que, por cada mejora estética en una imagen, hay un aumento invisible en el gasto de recursos naturales. La sociedad, fascinada por los resultados, parece aún ciega a las consecuencias estructurales de este modelo.
¿Urge repensar el futuro de la creatividad digital?
El entusiasmo por las imágenes generadas por inteligencia artificial ha relegado a un segundo plano las preguntas incómodas. ¿Es sustentable continuar creando millones de imágenes al día, cuando cada una de ellas representa un pequeño pero real gasto de agua y energía? En un contexto global donde se busca abaratar el precio de la luz en Europa, resulta contradictorio impulsar tecnologías que agravan el problema.
En este escenario, es fundamental que tanto las empresas tecnológicas como los usuarios empiecen a exigir transparencia. Hoy no es común encontrar datos claros sobre la cantidad de energía que consume una herramienta generativa en cada uso. Tampoco se informa sobre la procedencia del agua utilizada para refrigerar los servidores. Esta opacidad impide que se tomen decisiones conscientes desde el:
consumo individual
desarrollo tecnológico
diseño de políticas públicas
Por otra parte, se abre un nuevo campo de responsabilidad para los desarrolladores: crear modelos más eficientes, con menor huella ambiental. Así como se mide la calidad de una imagen o la rapidez del servicio, también debería valorarse su impacto ecológico. Integrar criterios de sostenibilidad en el desarrollo de IA no es una utopía, sino una necesidad urgente. Si no se actúa pronto, el "arte del futuro" podría convertirse en otro de los grandes errores del modelo energético actual y la potencia contratada necesaria.
Fuente: papernest.es
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